Por Yaca Austerlitz IG @yacaauster
Mariano Álvarez IG @marian100k
fotos: Diego Constantini IG @diegoenelcamino
Mariano Álvarez, un gran inspirador, es el organizador de Patagonia Run, la carrera de trail running más prestigiosa de Latinoamérica. Se trata de una ultramaratón de montaña que se celebra anualmente en la paradisíaca localidad de San Martín de los Andes, en Neuquén, Argentina.
¿Cómo era Mariano Álvarez de niño? ¿Cómo fue tu infancia?
Tuve una infancia feliz, en una familia de clase media profesional (padre y madre médicos), urbana (nací y crecí en Buenos Aires), escuelas públicas (que era lo normal hace 40/50 años), club, amigos de varios grupos. Fui el del medio de tres hermanos varones, pero nunca sufrí por eso. Mis viejos les daban mucha importancia a la educación y al deporte. Desde chiquitos nos llevaron al Club Ciudad, donde hicimos todo tipo de deportes.
¿Qué deporte hacías en tu juventud?
De pibe hice de todo, pero creo que el foco estaba en la natación, y ya un poco más grande jugué al rugby. Inicialmente en Ciudad, pero a los 15 años me fui a Banco Nación, donde jugué hasta los 22/23 años. El rugby es muy formativo en la adolescencia, y genera grupos de amigos muy fuertes y duraderos. Aún nos seguimos juntando después de tantos años.

¿Te acordás del día en que pensaste o soñaste en organizar un mega evento como Patagonia Run?
Con mis socios Pablo Rodríguez Genta y Sergio Ochoa fundamos TMX en 2004 con la intención de dedicarnos fundamentalmente al trail. Sin embargo, la demanda enorme que había en ese momento por grandes eventos de calle nos desvió un poco al principio y recién en 2009 tuvimos nuestra oportunidad en el trail. La marca The North Face estaba planeando el desembarco en Argentina de la mano de Grimoldi. La persona a cargo de ese desembarco nos contactó para que le propusiéramos un evento y le planteamos replicar lo que estaban haciendo en Estados Unidos (TNf endurance Challenge). Lo hicimos en San Martín de los Andes en sociedad con NQN eventos (Gaby Azcarate) y esa fue la semilla de Patagonia Run.
¿Cuál es el secreto para animarse o empezar un proyecto? Mucha gente tiene miles de proyectos en su cabeza, pero nunca los llegan a concretar.
La base es la pasión, la convicción y la oportunidad. Nosotros éramos unos apasionados del trail, estábamos convencidos de que podíamos hacer un evento diferencial y veíamos la oportunidad de algo que estaba creciendo en el mundo, pero aquí aún era muy incipiente. El desembarco de la marca nos dio esa oportunidad y nos lanzamos. Pero la oportunidad sin pasión no funciona, porque la cantidad de dificultades que hay que enfrentar en un país como el nuestro para llevar adelante un proyecto es enorme y necesitás dedicarle mucho esfuerzo, estar dispuesto a perder muchas horas de familia, de amigos y, a veces, dinero. Y la pasión sola, sin oportunidad, es correr alocadamente, pero con muy baja chance de éxito…, y todos necesitamos aunque sean pequeños éxitos que nos permitan regenerar la energía emprendedora que nos lleva adelante.
¿Qué es el trail running para vos?
Hoy por hoy es parte integral de mi vida. Hablo de trail todos los días con mi equipo, con otros organizadores, con corredores, con personas de Spartan que están en cualquier lugar del mundo y quieren hacer sus propias carreras. Te diría que hoy respiro trail, pienso en trail, hablo de trail…, y me encanta.
¿Qué se siente ser parte de Spartan Trail World Championship?
Es un desafío muy grande, porque hacia adentro somos una unidad chica en una empresa que hizo su historia en otro deporte, que es el OCR (obstacle course race) o las carreras de obstáculos. Si bien es un deporte de endurance, el foco está puesto en los obstáculos y a veces cuesta que se entienda lo que queremos hacer. Hacia afuera, el mercado es súper competitivo porque hay miles de carreras en todo el mundo y todas luchan por captar la atención de los corredores, que son los que definen quién sobrevive y quién no.
Personalmente, corrí tres veces Patagonia Run. Si bien me pareció magnífico todo, algo en particular me impactó: fue el sentido de pertenencia que tienen los colaboradores, como los chicos y chicas que trabajan en los PAS. ¿Dónde está el secreto para generar esa mística en tu equipo?
Creo que es algo que conseguimos transmitir desde el día uno y hoy es parte esencial de Patagonia Run. Supongo que el hecho que sigamos siendo las mismas personas que lideramos la carrera desde hace 15 años ayuda a que esos valores no se pierdan.
¿Qué motivación o qué plus te genera para que el evento sea cada vez mejor?
Nunca nos conformamos con lo que hicimos. Siempre queremos dar un paso más. Somos una organización que escucha mucho a los corredores y gran parte de las mejoras que vos ves año tras año viene de ellos, de sus sugerencias. Queremos que la experiencia Patagonia Run sea inolvidable y que podamos enorgullecernos en nuestra región por tener un evento que no tiene nada que envidiarle a los mejores del mundo.
Patagonia Run ya llegó a su techo o pensás que no tiene límites?
¡Creo que hay mucho para crecer aún!


¿Qué lugar ocupa para vos el medio ambiente en Patagonia Run?
Es fundamental. Creo que no podemos (o, al menos, nos cuesta mucho más) defender lo que no conocemos, y cuando nos acercamos a la montaña, sobre todo los que hemos sido criados en ambientes urbanos, entendemos mejor por qué debemos proteger eso que está ahí desde hace millones de años y que queremos que las futuras generaciones lo sigan disfrutando.
Si pudieras quedarte toda la vida con la misma edad, ¿cuál sería?
Uh qué pregunta difícil… Estoy muy bien ahora, pero creo que he tenido la suerte de disfrutar de cada etapa a lo largo de mi vida… Si tuviera que elegir una, tal vez serían los 50 años. La década de los 45 a los 55 me pareció súper desafiante, pero a la vez muy equilibrada. Yo supongo que no soy muy original en esto, pero mi vida necesita tener un equilibrio entre lo laboral, lo familiar y lo personal que me da tranquilidad para tomar buenas decisiones. Decidir bien es la diferencia entre el éxito y el fracaso.
¿Comparten los patrocinadores los valores que transmite tu evento?
Sí, estoy convencido que sí. Si creyera otra cosa, no los tendría de patrocinadores.
Si tuvieras que empezar de nuevo… ¿qué harías igual y qué cambiarías?
Creo que repetiría más o menos los mismos pasos a nivel profesional: la ingeniería me dio herramientas para pensar siempre ordenadamente, tratando de encontrar las soluciones más efectivas y eficientes. En los años de consultoría profundicé este camino, pero incorporando conceptos de gestión de equipos humanos de excelencia, lo cual fue esencial en el crecimiento futuro. Cuando pensamos en Patagonia Run tratamos siempre de armar el mejor equipo humano, que fue la primera condición de éxito.
Obviamente el equipo ha crecido mucho en estos años, pero hay un grupo que viene trabajando con nosotros desde los primeros días y con el que compartimos valores y filosofía de trabajo: Marcelo Parada, Fernando Bosio, Agueda Torres, Federica Talbot-Wright, Flor Benini…, y muchos más que sería imposible nombrar en una nota, pero forman parte del corazón de Patagonia Run y han sabido transmitir esos valores y esa filosofía a las nuevas generaciones.
A la luz de los resultados, cambiaría pocas cosas… Tal vez algunos momentos a lo largo del camino que nos causaron más sufrimiento interno del necesario. Las sociedades pasan por diferentes momentos a lo largo de sus historia y nosotros hemos vivido muy intensamente estos 15 años… Hoy vemos las rosas, pero también hemos tenido que lidiar con las espinas. Creo que hemos sido lo suficientemente inteligentes para, aún en los momentos más difíciles, confiar en nosotros, en nuestras capacidades, y limar las diferencias en beneficio de Patagonia Run. Creo que los resultados están a la vista.

¿Cuál es tu mayor miedo en esta vida?
No tengo grandes miedos, pero te diría que como organizador le tengo cierto temor a los imprevisibles, a las cosas que no manejamos y que pueden ocasionar daños irreparables.
¿En qué lugar del mundo te gustaría vivir?
Sin dudas en la Argentina. Acá están mis afectos, mis amigos… Conozco gran parte del país y me siento cómodo tanto en grandes ciudades como en pueblitos pequeños. Buenos Aires es una ciudad con muchas ventajas, pero tal vez me gustaría en algún momento vivir en algún lugar más tranquilo y con montañas…