Por Lic. Romina Inés Gamarra – IG @romigamarra22 @naturalmarketsalta
Un reciente estudio (1) indica que los cuerpos cetónicos son el combustible de mayor eficiencia energética y producen más ATP, por encima de los hidratos de carbono además de aportar otros beneficios. Pero antes de explicar en qué consiste dicho estudio, sería conveniente en explicar brevemente que son los cuerpos cetónicos y la dieta cetogénica.
Los cuerpos cetónicos se producen cuando el cuerpo utiliza las grasas en sustitución del azúcar o hidratos de carbono para producir energía, este proceso genera lo que se llama cetosis. Para ello tenemos que educar a nuestro cuerpo a utilizar las grasas como combustible y para que esto se produzca se debe llevar una dieta cetogénica. La misma consiste en reducir sustancialmente los hidratos de carbono, mantener el de proteínas (no aumentarlo) e incrementar el consumo de grasas saludables).
Aproximadamente los porcentajes diarios de alimentos que deberíamos consumir para llevar esta dieta serían:
- 70% grasas saludables.
- 20% proteínas.
- 10% carbohidratos (o menos de 60g diarios)
Qué nos dice este estudio
Los cuerpos cetónicos son el combustible más eficiente en energía y producen más ATP por mol de sustrato que el piruvato y aumentan la energía libre liberada por la hidrólisis de ATP. La elevación de cetonas circulantes a través de dietas ricas en grasas y bajas en carbohidratos se ha utilizado para el tratamiento de la epilepsia refractaria a fármacos y para enfermedades neurodegenerativas, tales como la enfermedad de Parkinson. Las cetonas también pueden ser beneficiosos para el músculo y el cerebro en momentos de estrés, como en el ejercicio de resistencia. El desafío ha sido elevar los niveles de cetonas circulantes utilizando una dieta aceptable sin alterar los niveles de lípidos. Se encontró que los niveles de cetonas en la sangre se pueden incrementar y el colesterol y los triglicéridos disminuyeron al alimentar a las ratas con una nueva dieta de éster de cetona: alimento suplementado con (R)-3-hidroxibutil (R)-3-hidroxibutirato como 30% de calorías.
Durante 5 días, las ratas con la dieta cetogénica:
- Corrían un 32% más en una cinta de correr que las ratas de control que comieron una dieta isocalórica que se suplementó con almidón de maíz o aceite de palma (P <0,05).
- Completaron un test de laberinto radial de 8 brazos un 38% más rápido que las de las otras dietas, tomando decisiones más correctas antes de cometer un error (P <0.05).
- Los corazones aislados y perfundidos de las ratas que recibieron la dieta cetona tenían mayor energía libre disponible de la hidrólisis de ATP durante el trabajo aumentado que los corazones de ratas en las otras dietas como se muestra usando espectroscopia de [31P] – RMN.
La nueva dieta cetogénica, por lo tanto, mejora el rendimiento físico y la función cognitiva en ratas, y sus propiedades ahorradoras de energía sugieren que puede ayudar a tratar una gama de condiciones humanas con anomalías metabólicas.
Otros posibles efectos positivos
- Se reduce el apetito ya que tiene un mayor poder saciante con lo que no provoca la ansiedad por comer al tener hambre que provocan otras dietas (2).
- Reducción de la inflamación (3).
- Ayuda a combatir el cáncer en algunos casos gracias al efecto warburg (4).
- Mejora el perfil lipídico disminuyendo los triglicéridos (5) (6) y aumentando los niveles de colesterol HDL o colesterol bueno (7)
- Pérdida de peso (8)
Posibles efectos negativos
La dieta cetogénica puede producir una serie de efectos secundarios o adversos, no significa que los que sigan esta dieta los vayan a tener todos, pero sí es posible su aparición:
- Dolores de cabeza, mareos y vómitos, en especial los primeros días. Nuestro metabolismo está acostumbrado a utilizar como fuente de energía los hidratos y necesita un proceso de adaptación.
- Mal aliento (o halitosis).
- No es aconsejable si se sufre de problemas cardíacos o hepáticos ya que en algunos casos produce arritmias.
- En caso de diabetes hay que controlar los niveles de insulina para no entrar en cetoacidósis, un estado en que niveles demasiado bajos de insulina causan una acumulación de cuerpos cetónicos que hacen bajar el PH de la sangre.
- Dolor abdominal.
- Irritabilidad, nerviosismo, somnolencia.
- Estreñimiento.
- Déficit de vitaminas, minerales y fibra.

¿Qué sucede con el cerebro?
Como hemos dicho la cetosis es un proceso metabólico en el que se utilizan las grasas para obtener energía. Este proceso genera los cuerpos cetónicos los cuales descomponen las grasas en cadenas más cortas generando acetoacetato que se usa como fuente de energía para el cerebro y también para el resto de órganos del cuerpo humano.
Los cuerpos cetónicos son un mejor combustible para el cerebro que el azúcar, al menos eso indican algunos estudios:
- Los cuerpos cetónicos, compuestos por el ácido acetoacético (acetoacetato) y el ácido betahidroxibutírico (β-hidroxibutirato), son muy eficaces en llegar al cerebro (9) (10).
- Poseen efectos antioxidantes y disminuyen los radicales libres a través de la regulación del Coenzima Q (11)
- Incremento de las concentraciones de ácidos grasos poliinsaturados que provocan un efecto neuroprotector (12)(13)(14)
- Incrementan la expresión del neurotransmisor GABA (15)
Si lo que deseamos es bajar de peso, ¿es efectiva?
Tanto la dieta cetogénica, como otras “no cetogénicas” son eficaces en la pérdida de peso, aunque no existe diferencia significativa entre ambas con respecto a este tema. Por esto, se le pude atribuir una mayor influencia a la adherencia al plan alimenticio que a la composición de la dieta, en la eficacia de la pérdida de peso.
Entre las ventajas que nos puede ofrecer la dieta cetogénica, se encuentran que tiene un mayor efecto saciante, lo que puede disminuir la ingesta calórica, no afecta el perfil lipídico e incluso puede ayudar a mejorarlo, específicamente reduciendo las concentraciones plasmáticas de colesterol total y triglicéridos, así como aumentando los niveles de colesterol HDL. Sin embargo, no mostró tener efectos benéficos sobre las concentraciones de colesterol LDL, con respecto a la dieta no cetogénica.
Mientras que las desventajas son: limitación de la ingesta de vitaminas, minerales y fibra, que son muy importantes para el funcionamiento correcto del organismo, efectos adversos como estreñimiento, halitosis, diarrea, astenia, calambres, entre otros. Su seguimiento y adherencia a este tipo de dieta, no es más fácil y requiere tener cierta preparación y conocimiento sobre la composición de los alimentos para no ingerir más carbohidratos de los que se tiene permitidos.
Además, no todas las personas pueden utilizar este tipo de dietas, ya que aquellas que tienen enfermedades cardíacas o del hígado tienen mayores riesgos al seguir una dieta cetogénica, por el alto contenido de grasas que puede comprometer el funcionamiento del corazón, y cuando hay una patología del hígado, por su imposibilidad para metabolizarlas y para llevar a cabo la gluconeogénesis.
Así, podemos concluir que si lo que deseamos es bajar de peso, debemos centrarnos mayormente en lograr una mejor adherencia al plan alimenticio, que en alterar la composición o distribución de los macronutrientes de la dieta y asegurarnos que el tipo de plan que elijamos nos brinde los nutrientes necesarios para evitar consecuencias por falta de los mismos y evitar la pérdida de masa muscular. (16)
¿Durante cuánto tiempo y cómo debo seguir esta dieta?
Lo que recomiendo es ponerse en manos de un profesional.
Como vimos, dieta cetogénica puede tener efectos beneficiosos pero también efectos adversos. Hay que controlar muy bien qué porcentaje de cada tipo de alimentos se consume y nuestra necesidad de calorías diarias. No es lo mismo una persona sedentaria que una persona que realiza mucho deporte y las necesidades calóricas serán diferentes.
Algunos expertos recomiendan unas 3 semanas para adaptarse a esta dieta y después alternar semanas con más carga de carbohidratos. En caso de deportistas las semanas de más carga de entrenamiento o competición se debe aumentar la carga de carbohidratos. De ahí la importante de llevar un control a poder ser por un profesional.
(16) NUTRICIÓN CLÍNICA Y DIETÉTICA HOSPITALARIA Nutr. clín. diet. hosp. 2013; 33(2):98-111.