Por Rosana Gumilla IG @rosanagumilla
Últimamente se escucha mucho decir esta frase cuando alguien cumple años y me encanta porque se recibe el presente (regalo) más valioso: ¡un año más de vida!
Dicen los que observan las estrellas que, cuando cumplís años, el sol vuelve al lugar exacto del día en el que abriste los ojos por primera vez en la Tierra; en ese vibrante momento en el que inició tu existencia el cosmos se vuelve a alinear, ese momento estelar solo se repite una vez en el año y por eso se dice que celebramos una nueva vuelta al sol.
Celebramos que se cierra y se abre un nuevo ciclo, celebramos una nueva cosecha y, sobre todo, el hacer consciente nuestro paso por la Tierra.
Cada vuelta al sol es una oportunidad para cambiar lo que no nos gusta, para reinventarnos con lo que nos haga sentir bien, para sacar lo positivo de cada experiencia y seguir soñando y dirigiendo la vida para cumplirlos…; nunca es tarde, siempre hay posibilidades de SER, de sentir y vivir con pasión y AMOR.
¡Alejate de lo que te hace mal, sos dueño de tu tiempo y corazón! Dejá de renegar y alegrate; dejá de llorar y reí con la panza; dejá de llenarte de excusas y ponte en acción; date permiso de sentir y hacer eso que no te atrevés, está en vos hacer que tu vida sea maravillosa y, cuando ya las vueltas al sol sean muchas, te sientas agradecido y bendecido por haber exprimido el tiempo a tu favor y el manto de estrellas recorrido brille en tus ojos.
Por eso el día que se cumple una vuelta al sol hay que tomarse un instante para darse cuenta de toda la energía que llevás en tu nombre y en tu esencia.
Agradecé la fuerza y la luz que te hacen único, elevá el espíritu, un instante para sentirte dichoso y pleno de tu camino, cosechá los pasos ya andados y mirá el nuevo camino que se presenta ante vos, ¡la nueva vuelta al sol! ¡FLUYE!
