Al punto de levantarse al alba, piensa:
¿Qué me falta para la impasibilidad?
¿Qué me falta para la imperturbabilidad?
¿Quién soy? ¿Un simple cuerpo, un heredero o una reputación?Ninguna de esas cosas. Entonces, ¿qué? Un ser racional.
¿Cuáles son mis obligaciones?
Repasa todo lo que has hecho.
¿Cuándo me aparté de la serenidad?
Epícteto, Disertaciones. Arriano 4.6.34-35
¿Hice algo poco amistoso, insociable o ingrato?
¿Qué no llevé a cabo de lo necesario para esto?
La mayoría de las personas, en sus primeras horas del día tiene sus actividades ya programadas, una especie de ritual.
Algunos toman una ducha, otros toman mate (gran ritual argentino/uruguayo), otros hacen actividad física, para algunos es la meditación. Para otros, el ejercicio. Y otros tantos, escriben en su agenda, la rutina de ese día, algunos pensamientos que surgen a media noche, sus deseos y también sus propios miedos. En estos casos, lo importante no es la actividad, sino el ritual de la reflexión. La idea consiste en tomarse un tiempo para mirar hacia uno mismo y analizar, lo importante es tener un ritual para uno mismo. Darse el tiempo y no vivir en automático.

Como destaco en el párrafo mencionado ut supra, la idea es darse tiempo para uno mismo, es dable destacar que los estoicos defendían mucho esta postura. No sabemos si Marco Aurelio escribió sus Meditaciones por la mañana o por la noche, pero sí sabemos que se reservó momentos de tranquilidad a solas y en silencio, y que escribió para sí mismo y para nadie más. Si estás pensando dónde iniciar tu ritual, no es mala idea que sigas el ejemplo de Marco Aurelio o la lista de Epicteto.
A partir de hoy, levántate 10 minutos antes, y haz tu propio ritual. Que ese esfuerzo te guíe para encontrar las mejores respuestas, una vez al día, durante el resto de tu vida. En mi caso particular, la meditación.