En verano la tranquilidad de esta provincia norteña hace una pausa para ofrecer movimiento y diversión. Senderismo, paseos en bicicleta, parapente, tirolesa y muchas otras actividades sorprenden tanto como las tradiciones gauchescas.
Si en San Salvador de Jujuy hay acción por las peñas y la diversión propia de una ciudad, bien cerquita, a 22 kilómetros, también hay movimiento. Emprender una aventura por los valles está tan al alcance como la naturaleza. Y hay para todo tipo de viajeros. Deportes, historia y gastronomía conviven entre cerros y una flora tupida que embellece el panorama.
Se considera una de las mejores épocas para viajar a Jujuy al verano debido a las agradables temperaturas, ideales para excursiones al aire libre. El clima cálido y las vacaciones escolares hacen que el verano sea considerada la temporada alta en Jujuy, de modo que se deben efectuar reservas con anticipación. El pico de turismo continúa hasta abril, cuando la Semana Santa atrae un intenso turismo religioso.
Los más activos podrán realizar una tarde de rappel en San Antonio o una cabalgata por el Camino Real, pasando por diques y cascadas. Seguir con el agua es posible mediante los deportes acuáticos. Especialmente en los meses de calor, cuando amainar el arduo sol con un chapuzón es tan gratificante que seguramente termina muchas veces en zambullidas y risas.
Los campos de vegetación acompañan los diferentes momentos de una caminata o un paseo en bicicleta y ni hablar del parapente, que regala vistas increíbles del paisaje de una manera que verán solo los que se animen. Lo mismo sucede en las tirolesas, entre los árboles añejos, las aves y el cielo azul. Un día al aire libre alcanza para hacer mucho y una escapada saca la presión de tener que elegir entre tantas opciones.
Las actividades gauchescas aportan su granito de arena para sumergir a los viajeros en la identidad local. Vivir las tradiciones que mantiene gente oriunda de la zona a través de los años conmueve y llena de respeto a los viajeros, que admiran las vestimentas típicas, disfrutan la música y, si tienen suerte, hasta se cruzan con una celebración. Los sitios históricos ayudan a comprender esta parte del pasado y lo suyo hace la comida.
Un quesillo con miel de caña o el sabor de unos buñuelos recién hechos completan la sucesión de momentos que quedarán grabados en la memoria. Y quienes aprecien la gastronomía querrán sumar entonces la ruta productiva, para visitar cosechas de vino, frutillas y hortalizas. Arrancar las frutas directamente de la planta para degustarlas y sentir los aromas es una experiencia única, al igual que probar dulces y comprar en las casas de dulces artesanales.
La rica tradición cultural de la región se puede conocer de cerca viajando durante alguna de las festividades en Jujuy. En febrero las distintas localidades de Humahuaca celebran sus carnavales, famosos en toda Argentina por su colorido y su sello tradicional, sumados a los corsos capitalinos en San Salvador de Jujuy, un divertido festival que cierra los festejos carnestolendos.
Quienes decidan cuándo viajar a Jujuy pueden estar seguros de que en cualquier época del año disfrutarán de un amplio abanico de atractivos y de un clima agradable. Sin embargo, para disfrutar plenamente del viaje, recomendamos elegir la mejor época para visitar San Salvador de Jujuy y sus alrededores en función del clima y las características festivas de la región.