Cómo afrontar el dolor

Cómo afrontar el dolor

Cómo afrontar el dolor - Indómito

Cuando experimentes algún dolor, ten presente que no es una infamia, que no te envilece el alma que te gobierna y que no la altera ni en su sustancia ni en sus cualidades de sociabilidad. Por otra parte, en la casi totalidad de los casos en que sufras, puedes recordar este pensamiento reconfortante de Epicuro: «En los sufrimientos no hay nada eterno, ni imposible de soportar, si consideras que todo tiene límites y si no añades a ello tus prejuicios». Acuérdate también de esto; que hay muchos contratiempos, parecidos al dolor, que nos causan una irritación oculta; por ejemplo, la somnolencia importuna, el excesivo calor, la falta de apetito. Si estas molestias te impresionan, puedes decir que sucumbes al dolor.

Marco Aurelio, Meditaciones, 7.64

La experiencia del dolor implica angustia, pena, interrogantes, miedos y opresión en el pecho, entre otras cosas. Es inevitable; todos, en algún momento de nuestras vidas, nos enfrentamos a diferentes formas de dolor, ya sea físico, emocional o psicológico.

Esto no es nada nuevo, pero donde yo trato de apuntar en esta editorial es al modo como afrontamos ese dolor. Afrontarlo puede ser un desafío monumental, pero también una oportunidad para crecer, aprender y transformarse.

Como dije anteriormente, en este editorial busco explorar algunas estrategias y enfoques que pueden ayudar a los lectores y lectoras a enfrentar y gestionar el dolor de manera efectiva, ya sea por experiencia propia o por lo que fui leyendo en relación al tema en cuestión.

Antes de ver las distintas maneras de afrontar el dolor, creo que es clave lo que dijo Marco Aurelio. La verdad, sus palabras me volaron la cabeza, sobre todo cuando dice textualmente: En los sufrimientos no hay nada eterno, ni imposible de soportar…”.

Volviendo a la naturaleza del dolor, puntualmente me refiero al emocional. Este puede ser tan desgastante como el dolor físico, y podría ser causa, el maldito, del estrés diario, ¡diríamos todos!

El primer paso para afrontar el dolor es reconocer su existencia; como se dice vulgarmente: no tirar la basura debajo de la alfombra. Muchas veces tenemos la tendencia de negar o minimizar el dolor, pero esta negación no solo perpetúa el sufrimiento, sino que también dificulta la posibilidad de sanarse.  Por eso, reitero, el primer paso es el reconocimiento.

Un íntimo amigo (RF) me dijo una vez: “Yaca, la clave para enfrentar el cáncer es la aceptación, después obviamente hay varios factores, pero la aceptación es fundamental. No hay plan B”. Aprendí mucho de él, en realidad, todo mi entorno aprendió de él.

Qué sabiduría la de mi amigo, me da orgullo decirlo. Entonces me di cuenta de que es real y clave la aceptación. Afrontar el dolor también implica aceptar que este es parte de la vida. La aceptación no significa resignación, sino reconocer la realidad de la situación. Aceptar el dolor puede ser un acto de valentía, ya que nos permite dejar de luchar contra lo inevitable y enfocarnos en cómo enfrentar la situación. Practicar la aceptación puede ayudarnos a encontrar un sentido de paz.

Después están las distintas y valiosas herramientas para afrontarlo. Son todas válidas para mí, no juzgo las distintas estrategias: ya sea terapia, enfocarse en la religión, actividad física, meditación, técnicas de respiración, yoga, biodecodificación, proyectos, metas, etc. Repito, todas son válidas para mí.

Obviamente el dolor es incómodo; es mejor vivir sin él, pero también puede ser un maestro para tener esa templanza de mi amigo, por ejemplo, y entender que en los momentos más oscuros podemos descubrir nuestra verdadera capacidad de resiliencia y crecimiento. Vuelvo a la frase de Marco Aurelio: En los sufrimientos no hay nada eterno, ni imposible de soportar…”. Bueno, es vital recordar que el dolor es temporal, aunque sea abrumador. Toda tormenta para, dicen. La esperanza es una herramienta poderosa en este viaje. Fomentar pensamientos positivos y visualizar un futuro mejor pueden ser claves para superar el dolor.

Conclusión

Una de las experiencias más desafiantes de la vida es afrontar el dolor, pero también es una oportunidad para el crecimiento personal. Aceptar el dolor, utilizar estrategias de afrontamiento y construir resiliencia son pasos fundamentales en el proceso. Obviamente es difícil, es más, durísimo, diría, pero no es para siempre. Se puede superar y lograr un sentido de paz interior. A medida que enfrentamos nuestras batallas, recordemos que no estamos solos y que el dolor puede, de hecho, ser nuestro maestro.

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