Basta de quejas

Basta de quejas

Por Yaca Austerlitz – IG @yacaauster

No sé de quién es, pero esta frase me encanta: “la queja trae pobreza, la gratitud trae abundancia”.

En la Biblia, Filipenses 2:14-18 dice: “Hagan todo sin quejarse y sin discutir. Así serán hijos de Dios, sin culpa y sin falta viviendo entre una generación perversa y mala. De esa forma brillarán entre ellos como estrellas en un mundo de oscuridad”.

Por otro lado, en D. y C. 78:19 se dice: “El que reciba todas las cosas con gratitud será glorificado”.

Nos encontramos rodeados de noticias negativas, problemas cotidianos y frustraciones que parecen multiplicarse. Sin embargo, es crucial recordar que el poder de nuestro estado emocional y mental está en nuestras manos. No me gusta generalizar, pero es típico: la mayoría nos quejamos por la falta de dinero creyendo que el dinero es el culpable de todos los males y buscamos excusas para justificarnos, y así por muchos motivos simples y fácil de resolver.

Pero “Basta de Quejas”, si queremos crear abundancia en la vida, la forma correcta es empezar con las palabras. Las palabras crean pensamientos, las palabras son decretos. Su repetición las convierte en creencias, y las creencias crean sentimientos; todas y todos podemos activar esos sentimientos para convertirlos en emociones y así llegamos a vibrar alto.

Repito, “Basta de Quejas”. Todos nos merecemos solo cosas buenas, lo mejor. La abundancia nos está esperando. Es espectacular vibrar alto, para estar en un estado de alta frecuencia espiritual, en el que nos alejamos de las emociones negativas y nos centramos en las positivas.

NUNCA TE QUEJES, NUNCA TE JUSTIFIQUES

Que nadie te oiga quejarte de la vida que se lleva en la corte: ni te oigas tú quejarte a ti mismo.

Marco Aurelio, Meditaciones 8.9

Incluso los más afortunados se quejan. Es más, a veces parece que cuanto más afortunados somos, con mayor frecuencia tenemos que hacerlo. Marco Aurelio no era un emperador que adoraba su trabajo, así como es posible que tú no adores tu trabajo de contable, entrenador o abogado. O quizá te guste tu trabajo, pero no te importaría tener menos responsabilidades. Pero ¿qué efecto tienen estos pensamientos! Un estado de ánimo negativo.

Recuerda el lema del primer ministro británico Benjamin Disraeli: “Nunca te quejes, nunca des explicaciones”. Como Marco Aurelio, sabía que el peso de la responsabilidad es inmenso. Es muy fácil quejarse de esto o aquello, o inventar pretextos y justificaciones para tus actos. No obstante, eso no soluciona nada y nunca aligera la carga.

Ryan Holiday

¡Basta de quejas! ¡Vibra alto!

Sinceramente, mientras escribo esta editorial, a esta altura del año me siento desbordado, pero ¡basta de quejas!.

La queja, aunque a veces puede ser un desahogo momentáneo, rara vez conduce a soluciones. Al enfocarnos en lo negativo, contribuimos a un ciclo de pesimismo que nos atrapa y nos aleja de nuestras metas y sueños. Por el contrario, vibrar alto significa elegir la positividad, buscar soluciones y rodearnos de energía positiva. No soy brujo, pero en mi vida cotidiana veo personas con alta vibración, la veo en sus miradas, ¡lo juro! No miento.

Vibrar alto es una decisión consciente. Implica cultivar la gratitud, reconocer las pequeñas victorias y aprender a ver los desafíos como oportunidades de crecimiento. Es fundamental rodearnos de personas que nos inspiren y nos motiven a ser la mejor versión de nosotros mismos. La energía que emitimos no solo afecta a nuestra vida, sino también al entorno que nos rodea.

Soy un simple abogado, apasionado por la escritura desde la época de teatro en mi juventud en Buenos Aires, pero hoy los invito a dejar atrás la queja. Insisto: “Basta de Quejas”. En lugar de lamentarnos por lo que no tenemos o por lo que no funciona, nos enfoquemos en lo que sí (todo tiene solución, menos la muerte, frase cliché pero cierta).

Hacé una lista de las cosas por las que estás agradecido. Compartí tus sueños y metas con quienes te rodean. Actuá con intención y propón cambios, no solo en tu vida, sino también en la vida de los demás. El otro día le dije a mi hijo cuando llegó del colegio: “Hola, hijito, ¿ayudaste a alguien hoy?”. Me miró con ojos de sorpresa.

Conclusión

“Basta de quejas”, el mundo necesita más personas que vibren alto, que irradien esperanza y que inspiren a otros a seguir adelante. La transformación comienza desde adentro. Así que, basta de quejas. Levantemos la cabeza, sonriamos y elijamos vibrar alto. ¡El cambio empieza por uno!

Basta de quejas - Indómito

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