Por Yaca Austerlitz – IG @yacaauster
La delicadeza es una fuerza invencible cuando es sincera, sin afectación y sin disfraz. ¿Qué te sucederá con el más insolente de los hombres si tú te propones tratarlo con dulzura? ¿Si cuando el caso lo requiere, tú estás satisfecho de poder dar dulcemente buenos consejos y una sabia lección en el mismo momento que él se esfuerza en ultrajarte?
Marco Aurelio. Meditaciones 11.18
¿Qué ocurriría si la próxima vez que te trataran con maldad no solo refrenaras tu impulso de contestar, sino que, además, respondieras con absoluta amabilidad? ¿Qué pasaría si pudieras «amar a tus enemigos, hacer el bien a quien te odia»? ¿Qué ocurriría?
La Biblia dice que, cuando puedes hacer algo noble y bondadoso por un enemigo odioso, es como verter «ascuas de fuego… sobre su cabeza». La reacción que se espera ante el odio es más odio. Cuando hoy alguien te diga algo punzante o malo, esperará que respondas igual, no con amabilidad. Cuando no respondas con odio a sus ataques, se avergonzará. Será un auténtico golpe para él.
La grosería, la maldad y la crueldad enmascaran una debilidad profundamente arraigada. La amabilidad en estos casos solo es posible si eres una persona con una fortaleza impecable. Tienes esa fortaleza. Aprovechala.
Ryan Holiday
En la vida, la bondad siempre prevalece. Aunque a veces pueda parecer difícil o poco común, ser amable y compasivo es la respuesta adecuada en cualquier situación. La bondad tiene el poder de sanar, de unir a las personas y de traer luz a las situaciones más oscuras. En un mundo lleno de desafíos y adversidades, la bondad es un faro de esperanza que guía nuestro camino.
Cuando elegimos la bondad, elegimos el camino correcto para nuestro interior, la empatía y la solidaridad. Cada acto de bondad, por pequeño que sea, marca la diferencia en la vida de los demás. Desde una sonrisa amable hasta un gesto de apoyo incondicional, cada muestra de bondad construye un mundo mejor y más humano. Ayudar al prójimo o algún amigo sin nada a cambio es fantástico, es una sensación de abundancia para nuestra alma.

Recordemos siempre que la bondad no solo beneficia a los demás, sino que también enriquece nuestras propias vidas (ayudar al prójimo sin esperar nada a cambio te llena el alma). Ser una fuente de bondad nos llena de paz interior, nos conecta con nuestra humanidad y nos permite crecer como personas. En un mundo difícil, con el día a día bastante desalentador a veces, la bondad es el antídoto que fortalece nuestra fe en lo mejor de la humanidad. Así que, recordemos siempre que la bondad es la respuesta adecuada, no importa las circunstancias. Enfrentemos cada desafío con compasión, cada injusticia con solidaridad y cada necesidad del prójimo con un “te puedo ayudar en todo lo que esté a mi alcance, sin nada a cambio”.
Porque al final del día, la bondad es la fuerza más poderosa que tenemos para transformar el mundo y sembrar la semilla de una mañana más mágica. ¡Seamos siempre agentes de bondad en este viaje llamado vida! Esta vida única y extraordinaria, aunque parezca reiterativo, y me vaya del tema, mientras tengamos salud la vida hay que valorarla y vivirla, porque todo pasa rápido (LA VIDA ES FUGAZ), y cuando te queres dar cuanta, los años se pasaron, y ya no se puede volver atrás, en ejemplo claro, en mi caso personal, mis hijos ayer eran bebes, ahora los dos crecieron y no quiero que crezcan más, pero mañana ya serán grandes. Por eso, URGENTE hay que vivir la vida. No más quejas, las quejas no arreglan las cosas.