Por Rosana Gumilla IG @rosanagumilla
Fotografías: @pamemarquezr, @yani.ch, @rosanagumilla
Ellas son las joyas de la India (Bharat). Desde niñas ya son adornadas con ropas de colores y el bindi en medio de la frente. Las mujeres son muy importantes; en general, no trabajan y se dedican al hogar y a la crianza de sus hijos, pero también, si es necesario, trabajan a la par de sus maridos o padres en el campo recolectando o en los negocios. También las vi con sus atuendos coloridos en obras de construcción; sí, sí, en obras acarreando arena o lo que fuera. Se las ve muy fuertes, sólidas, para nada sumisas.
A temprana edad, las mujeres aprenden las danzas que son parte de su cultura. El baile es muy seductor, alegre y se usa también como reverencia. El varón también aprende a bailar.


Una vez estaba esperando a orillas del río Ganges a la hora del atardecer para agradecer a la madre Ganga el estar en ese lugar, y me dijeron que no me pusiera delante de las mujeres porque me iban a atropellar ya que entran con una desesperación como si fuera la primera vez. Eso se llama devoción, agradecer y pedir; ¡ellas piden por todos todo el tiempo! Se las escucha cantando mantras y pidiendo a sus dioses.
Las observé; son tan llamativas que no pasan desapercibidas en ningún lado. Desde la más humilde hasta la más pudiente, desde la más pequeña hasta la más anciana… todas lucen sus colores, sus tatuajes, sus maquillajes, sus joyas para identificar si son casada o solteras. Sus ojos son tan bellos que con sus delineados resaltan mucho más; sus cabellos, largos, negros, brillosos, y su piel es color trigueño, algunas más morenas que otras.
Ellas son “las joyas” por las que los hombres se preparan en estudios, trabajos, en ser más cultos para poder estar a la altura de una buena candidata, una candidata que a su vez sus padres cuidan y tratan de darle lo mejor para que un buen candidato pueda pedir su mano. Son ellas o, mejor dicho, sus padres los que aceptan si un hombre es o no digno de su hija… No sé si es una tradición antigua, pero sí distinta, ¡muy distinta! A partir de los 25 años los padres comienzan a buscar candidatas para sus hijos varones. Antes de los 28 ellos ya deben estar casados (en general, por supuesto) y ellas, desde que se convierten en mujeres.


A partir de los 25 años los padres comienzan a buscar candidatas para sus hijos varones. Antes de los 28 ellos ya deben estar casados (en general, por supuesto) y ellas, desde que se convierten en mujeres.
Hablando con alguien, me explicaba que el amor se va construyendo día a día, desde que se casan y viven juntos. “No es como el de ustedes, los occidentales, que cuando el amor explotó se casan y la convivencia muchas veces acaba el matrimonio…; aquí son dos desconocidos que se casan y comienzan a conocerse y a enamorarse bajo el mismo techo, con todos los miedos, por supuesto, pero aman de verdad porque los superan juntos y se fortalecen como pareja; ustedes hacen todo antes de casarse y después se casan y no duran mucho porque ya no tienen que descubrirse…”. ¡Ohhh, me voló la cabeza! No están tan errados, pero… ¡Le agreguemos que nosotros, los occidentales, ya no toleramos nada!
Los casamientos son de tres días a una semana entera de festejos. En esas jornadas, se pueden cambiar de ropa, por eso la industria de la seda es asombrosa y sigue siendo artesanal. Los vestidos de las bodas son pesados porque están bordados con piedras e hilos dorados, además de las joyas que se ponen. Los novios crecen y se preparan para ese día, ¡vaya si no es importante en la vida de ellos el casarse!

Vi tantas diosas que creo que ellas son más importantes que los dioses porque son las que los guían. Eso también me sorprendió, ya que escuché antes de irme que la India era una sociedad machista. No es machista, sino patriarcal, pero con gran dominio y presencia de la “mujer”.
Las mujeres pueden estudiar hasta la primaria y después los padres tienen que pagar para que sigan y pueden llegar hasta la universidad. Como es una sociedad muy pobre, no todas pueden llegar tan lejos, al igual que los varones, y los que llegan son muy codiciados por empresas extranjeras ya que son muy inteligentes y sobresalen en lo que se preparan.
En India siempre hay motivos para festejar y agradecer, y uno que me pareció muy bonito es el “día de la hermana”. Ellas preparan una pulsera roja con detalles en dorado que les colocan a sus hermanos y les pintan el bindi en sus entrecejos, y ellos van felices y orgullosos, todos coloridos. ¡Aman y valoran a sus hermanas!
Una anécdota: un guía me contó en español que su hijo se acababa de casar, pero que su nuera estaba todavía en casa de sus padres porque era época de monzón (sería primavera para nosotros) y hasta que no pasara no podía ir a la casa de su esposo porque según una leyenda podría morir su suegra. ¡Mejor no casarse en esa época!
Por supuesto que en las grandes ciudades la mujer es mucho más independiente, pero sus rituales no se pierden.
¡Gracias, India! ???