Yoga, un cambio inesperado en mi vida

Yoga, un cambio inesperado en mi vida

Por Florencia Faiatt – IG @myyogaflower

Empecé YOGA en busca de una actividad de relajación, para complementar mi profesión de psicóloga y descubrí mi verdadera vocación. Especializada en Recursos Humanos, trabajé durante diez años en el área laboral para diferentes empresas. Realmente, me fascinaba lo que hacía. Por ese motivo me sorprendió tanto el giro que hizo mi vida al transitar el camino del Yoga. 

Siempre me caractericé por ser una persona apasionada con lo que hago y finalmente logré darle un sentido a esa energía interna que vibraba, sin ser escuchada. Nació en mi una parte desconocida: me di cuenta que la conexión con el cuerpo me da la posibilidad de sentirme viva, enérgica y, a la vez, en paz. No solo incorporé hábitos saludables, sino también un nuevo modo de vivir y de disfrutar cada día. Amanezco con una sonrisa, agradezco lo que tengo y me voy a dormir con sensación placentera de calma.

Yoga significa unión de mente, cuerpo y espíritu. Eso es lo que logramos a través de esta disciplina milenaria. Es una experiencia integral que ayuda a conectarnos de manera más profunda y sincera. Aprendemos a escucharnos, a ser personas más receptivas y a vivir en el presente conectando con lo que verdaderamente pasa dentro nuestro.

En el mat o colchoneta de Yoga, mi mente es capaz de detener esos pensamientos automáticos y puedo fluir olvidándome por un rato del mundo. Me expreso con libertad, conectando de manera íntima con mi cuerpo. Mis movimientos reflejan lo que siento, escuchando mis necesidades. Estoy en ese espacio que me permite afrontar con paciencia y compasión lo que tengo que corregir, aceptar y transformar. La respiración suave y sin esfuerzo me acompaña en las posturas.

Es así como los practicantes vamos incorporando a nuestras rutinas los principios básicos del Yoga. Cuando existe un compromiso sostenido, deja de ser una “clase o mera actividad” para convertirse en una enseñanza de vida

En mi caso estudio, me formo continuamente y tomo clases para profundizar cada día un poco más. Sin embargo, el mayor aprendizaje se genera en mi práctica diaria. Considero fundamental experimentar, explorar, animarse, vencer los miedos y desafiarse. 

Con las múltiples herramientas que fui adquiriendo logré crear mi propio estilo basado en que YOGA ES MUCHO MAS QUE POSTURAS, es un profundo proceso de autoconocimiento y aprendizaje continuo. No se trata de ser flexible, de tener fuerza o lograr pararse sobre la cabeza, sino de estar presente en el momento y en la respiración, buscando tranquilidad sin importar lo que pase en el entorno.

Hoy, observo mi breve, aunque intenso camino recorrido en esta disciplina y concluyo que transmito las enseñanzas del Yoga porque verdaderamente mi vida cambió. Quiero acercar a otras personas la posibilidad de descubrirse y transformarse en sus prácticas, viviendo cada día con más vitalidad, claridad, gratitud y calma. Poder acompañar a mis alumnos/as en sus procesos me genera una enorme gratificación y felicidad.

Namaste

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